Me dejaron en la universidad. Se trataba de mi último año en la universidad cuando el decano me expulsó unos días. Mis progenitores estaban muy enojados conmigo con razón y también desilusionados. Yo al menos me consolaba viendo a mi vecino de enfrente desnudo desde la ventana. Él tiene los abdominales y los músculos marcados y es de los clásicos gays maduros que se conservan de vicio. Dios, deseaba que su cuerpo se fundiera con el mío. Cogiendo mi culo y llenándola con su semen. Mis progenitores no saben que soy gay, pero mi hermana si sabe que soy gay. Pues el chico en cuestión se llamaba Lucas, era mi enamoramiento y sentía adoración por él.
Lucas tiene un buen amigo que se parece mucho a él y con el que también mantiene relaciones sexuales, pero no me importa, yo estoy enamorado de él y no espero nada más de él. Lo bueno es que su amigo está saliendo con otro chico y eso me favorece a mi porque pasa más tiempo conmigo. Yo espero que su polla sea mía tarde o temprano y es que aunque yo soy un homosexual más de acción, también me gustaría tener una relación algo estable.
Mi último encuentro con él fue increíble, el me llamó de madrugada porque no se encontraba bien y me dijo que si podía llevarla algo de comida porque no había salido. Yo estaba super excitado esa noche y no me importó que tuviera que madrugar al día siguiente porque lo quiero. Al llegar a su casa, llamé a la puerta y la abrió. Uffffffff, menudo cuerpo tenía, mis ojos se fundían en los suyos y mi culo empezó a humedecerse solo. Estaba sin camisa y sus calzoncillos de Calvin Klein asomaban por el pantalón corto. Yo estaba un tanto inquieto para contestar. Me dijo que su abuela enseguida se acostaría y que sus padres y su hermana no estaban.
Le di en una bolsa un zumo y un emparedado que hice para él. Justo cuando estaba a puntito de tocar el emparedado le cogí las manos y le dije: «las tienes muy sucias, vamos al lavabo y te las limpias». Él asintió con la cabeza y entró en casa para lavar sus manos. Él siempre y en todo momento iba sin eso me calentaba. Después de que se lavara las manos tuve las agallas de decirle que durante estos meses jamás lo había visto tan atractivo, que aunque no habíamos tenido nunca nada yo esperaba algo con él. Estaba nervioso y me costaba tragar, pero tenía que decírselo.
Directamente le dije: deseo que me folles. Te voy a pagar si hace falta pero te pido por favor que folles conmigo, estoy tan agobiado… Estaba inquieto porque no sabía cual sería su reacción, mas se encogió de hombros y me dijo: ¿crees que mi abuela se despertará?… Me quedó claro que haría cualquier cosa por dinero y entonces le dije que me llevara a su habitación que le pagaría sin ningún problema. Yo deseaba darle un beso con lengua y se lo di, sorprendentemente me devolvió el beso. Nos besamos a lo largo de unos cinco minutos. Nos quedamos desnudos y después bajé la cremallera de sus pantalones. Me sorprendió por su preciosa polla, uno de esos pollones muy gordos y con el prepucio brillante. Tenía bastante pelo pero me encantaba, así que empecé a chupársela mientras lo miraba a la cara.
Me quité los pantalones y los calzoncillos y después le pregunté si le apetecía chuparme el culo, estaba recién duchado y él lo hizo encantado. Me puse como una perra y con su lengua me hacía cosquillas en el interior de mi ano, era maravilloso y sin duda la primera vez que me hacían sexo oral en el ano. Gemí en voz alta y él se dio cuenta de que era momento de penetrarme. En ese momento sentí una chispa corriendo por mis venas cuando su capullo golpeaba mi culo. Al principio fue doloroso por el hecho de que era virgen, pero proseguí gimiendo de dolor porque al fin estaba follando con el tío que realmente me gustaba. Poco a poco mi culo se fue acostumbrando a su polla y al final lo tenía tan dilatado que lo único que sentía era placer, mucho placer.
Tras varios minutos de empujes dolorosos me agarró de la polla y me dijo que le avisara cuando fuera a eyacular. No tardé ni un minuto y cuando le dije que me corría, noté cómo su polla latía dentro de mi ano porque también se estaba corriendo al mismo tiempo que yo. Después de esto nos vestimos y me dio las gracias le di su dinero y me fui a casa. Desde ese día no he vuelto a verlo y tampoco me coge el teléfono, algo debió pasar pero jamás sabré el qué… Quizás no fue buena idea tener sexo con él y por mi ansiedad creo que lo he perdido. Me tendré que conformar y seguir viendo videos de porno gay en mi ordenador portátil como siempre, aunque como se suele decir, lo último que se pierde es la esperanza.